sábado, 8 de mayo de 2010

Hoy he estornudado muy fuerte, tan fuerte que se me han salido los ojos y se han ido rodando cuesta abajo, como dos canicas deseosas de ver mundo. No les vi el ansia de libertad, no podía, pero lo presentí a tiiempo y las dejé marchar. Por el camino habrán ido viendo todo lo que a veces yo no veía, lo que se me escapaba a la vista, lo que me negaba a ver, lo que no percataba... Espero que mis ojos libres regresen pronto y más sabios, con otra apertura de mira, con otra visión de las cosas y me cuenten de sus andanzas..

domingo, 2 de mayo de 2010

Una persona guiada por el amor es alguien que no le tiene miedo al futuro, que no le teme al resultado ni a las consecuencias, alguien que vive aquí y ahora.


Se miraron furtivamente un par de veces a lo largo de la noche. Así se ponían de manifiesto que se devorarían el uno al otro en alguna ocasión, quién sabe. O sencillamente se hacían constar mutuamente que se hacían gracia. Pero la noche era larga, y cada uno estaba a su rollo, con sus amigos, ocupados, bebidos. Era una noche para desencajarse la mandíbula riendo, el sexo esporádico no entraba en sus planes.
El día los atropelló al salir del local y arrastraron sus cuerpos hacia el hotel. Él no tenía donde dormir. Ella tenía un hueco en la cama. Todo arreglado.
No se bebieron el cuerpo el uno al otro. Demasiado tarde, demasiado alcohol, demasiado miedo a los ecos del después. Se probaron los labios, se abrazaron y descubrieron que sus cuerpos se encajaban sutilmente para dormir.
Así durmieron, con las pieles encendidas y amordazadas por la prudencia, por la timidez. Durmieron saboreando lo insinuante de un cuerpo tendido tan cerca como para delirar. Durmieron sin invadirse pero tocados por el temblor de la piel estremecida, por la electricidad de un encuentro en una habitación prestada.
La misma intuición que les decía que no debían tenerse en los restos de una noche de desorden les decía que se desearían todas las demás.
Y un día, no sabían cuándo... se encontrarían en el momento, en el lugar,
en el espacio en el que dos cuerpos jóvenes que se esperan
se cuentan cómo crece el deseo que se hizo esperar.